Tal vez para muchos la crema dental y las veces del cepillado era lo fundamental para lograr una adecuada higiene dental, pero otra vez ¡no!, también la calidad, forma, tiempo del cepillo e incluso cómo lo use, tiene mucho que ver con la salud e higiene bucal.
Lo ideal para un buen cepillado es que sus cerdas sean blandas, ya que unas cerdas duras podrían lesionar las encías y afectar la estructura dentaria, es decir ocasionar “traumas mecánico”.
Una adecuada higiene bucal va a depender del tiempo de utilidad que se le dé al cepillo.
Un cepillo dental tiene una vida útil de tres meses, por lo que si no lo cambiamos cada tres meses, este pierde su efectividad, y por esa razón no conseguiremos una buena higiene bucal.
Consecuencias del uso de un cepillo inadecuado. El uso de un cepillo inadecuado y sin efectividad por tener más del tiempo indicado, podría desencadenar en: gingivitis (inflamación en las encías), caries dental y sensibilidad dentaria.
Un correcto cepillado tiene que ver con la posición de éste durante la higiene.
Debemos colocar las cerdas del cepillo apoyadas en la superficie dental en dirección a las encías con una inclinación aproximada de 45 grados, y posteriormente mover suavemente arrastrando desde la encía hasta el final del diente.
Luego arrastramos los filamentos del cepillo por la superficie dental y en dirección a la cara de masticación, y se cepillan las zonas de masticación en sentido horizontal y con movimientos cortos y suaves, sin ejercer mucha fuerza.
La higiene completa. Para lograr una higiene bucal ideal es necesario, además de un cepillo suave y adecuado al tamaño de los dientes y la boca, el uso de cepillos interdentales, pastas dentrificas, indicadas según cada necesidad de la persona, el hilo dental, enjuagues o colutorios, y cepillos o limpiadores de lengua.
“La rutina del cepillado debe ser al levantarse, después de cada comida, y sobre todo, antes de acostarse en el caso de los adultos”.
El incumplimiento de esta rutina podría desencadenar en caries dentarias, enfermedades periodontal, sensibilidad dentaria, entre otras.
Una buena salud e higiene dental depende también de una buena alimentación.
Lograr una buena salud bucal consiste en llevar diariamente una dieta saludable y balanceada, también utilizar siempre el hilo dental, y luego un buen cepillado, y por último, un enjuague u colutorio bucal recomendados por su odontólogo, dependiendo de las necesidades particular de cada persona.
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